Me casé (continuación)
El terrorista
Sí, claro, cómo no, siéntense, ¿ya llenaron el formulario? Sí, todo en orden. Bueno, ahora, por favor responda el siguiente cuestionario. Y yo que había pensado que la pregunta más difícil del día ya la había respondido. No. Me sueltan un rosario de preguntas, más de treinta, diseñadas para quienes vienen de países “con problemas”. Ya la segunda pregunta era si alguna vez me habían atracado. A ver, cuando a uno le dicen que debe responder únicamente con la verdad y que cualquier intento o prueba de falsedad constituirá expulsión inmediata e imposibilidad para ingresar nuevamente a la Unión Europea, pues, las preguntas le dan miedo a cualquiera. ¡Qué tal! Que si me habían atracado y cómo… Las otras preguntas iban desde si había pertenecido a cualquier grupo (coro, de lectura, club), pasando por si había prestado servicio militar, si tenía entrenamiento en inteligencia militar o en fuerzas especiales, hasta mi relación con grupos armados al margen de la ley. Ahí me dio mucho, mucho miedo. Claro que conocí ex guerrilleros y hasta un guerrillero activo, miliciano urbano. Irena me traducía, pero la funcionaria hablaba inglés. Para algunas preguntas llamó a su jefe. Yo no quería mentir en nada. El cuestionario tenía un anexo de grupos ilegales, casi todos del medio oriente. Ninguna guerrilla latinoamericana. Ni siquiera separatistas europeos. Entonces recordé, aunque las guerrillas son ilegales en nuestro país, en la Comunidad europea tienen todo el reconocimiento y no se consideran ilegales. Me sentí tan aliviado. La funcionaria apenas sonreía porque sabía que yo no tenía nada que temer y hasta me dio el tiempo más largo posible de residencia, un año contado a partir del momento de mi arribo a Alemania.
Un paseo por Alemania Oriental
Al día siguiente, salimos hacia Berlín y atravesamos el país de sur a norte por la carretera que constituía el único acceso terrestre a Berlín en las épocas de la República Democrática. A los alemanes del occidente no les gustan particularmente los del oriente. Imaginen que les abren de un tajo el estómago y dejan que sane durante años y luego les tratan de coser los pedazos después de que ya han cicatrizado. Esto se evidencia particularmente en Berlín. La arquitectura es bien distinta si se comparan ambas partes. La parte oriental es tan parecida a la arquitectura bogotana… Es curioso que el hombrecito del semáforo peatonal no es el mismo. Pero ya no queda nada del muro, ya no hay sectores separados, ahora se puede circular libremente por todas partes. Cruzamos la Puerta de Brandemburgo varias veces como si tal cosa. Los pocos pedazos de la pared que quedan ni siquiera están en el mismo lugar que les correspondía. El retén “Charlie” fue reconstruido y había, curiosamente, una foto de un militar ruso, que no entendí bien qué hacía ahí. El sistema de trenes ya está viejito y el subterráneo es una colección de ruidos de ultratumba y sacudones a los que todos están acostumbrados. Nos tocó en algún momento un tren nuevo que tenía televisor y, cuando arrancaba o paraba, sonaba como un violonchelo. El primer día no hizo sol, así que las fotos no quedaron muy bien. El segundo día hizo un sol radiante y nos salieron las fotos bonitas. Es tan difícil perderse en Berlín si uno está armado de un mapa. Estuvimos en teatro nuestras dos noches en Berlín. El hermano de Irena se portó muy bien con nosotros, nos dejó su apartamento, nos consiguió mapas y entradas, en fin… Ese fue su regalo de bodas. Se pasó semanas llamándonos a preguntar cuándo sería la ceremonia para acomodar su horario y no perdérsela. Él fue mi padrino, así como la mejor amiga de Irena fue la suya.
Navidad con pescado
El 24 lo pasamos con los papás de Irena. El hermano no vino porque ya había venido y el viajecito desde Berlín siempre dura unas 4 a 5 horas en cada trayecto de casi 600 kilómetros. Qué costumbres tan distintas las que hay por aquí. Más que costumbres regionales o locales, son las costumbres familiares. La navidad es para pasarla en familia, con la familia inmediata, siempre en casa de los papás, y sólo el almuerzo se cocina. Como el cerdo es tan común aquí, pues había pernil par almorzar, así que tampoco es que me haya hecho mucha falta este año. Para la comida, los niños deben salir a pie a recoger unos pescados de río que se cultivan muy cerca y se venden en un restaurante que la noche de navidad sólo abre para vender en la cocina. Es interesante ver a cola de gente con sus canastos, algunos de mimbre y no pocos de plástico, con un trapo para que no se entre el frío y un recipiente para la ensalada. Todos los años es así. Así pasó Irena su infancia. La temperatura bajaba de los siete grados bajo cero y el aire me causaba dolor en los pulmones. “Respira despacio”, me decía Irena. Después de la comida y el intercambio de regalos, fuimos a misa de gallo. Desde la Mina no iba a misa la noche de navidad. Como la iglesia de América Latina es un poco distinta a la europea, pues se notan las diferencias. Pero la más evidente es el uso del libro de himnos. Cada uno tiene el suyo, pero también hay una repisa de la que se puede tomar uno si no trajiste o si no tienes. ¿Se imaginan en nuestros países si dejan unos libros en una repisita en una iglesia? Y claro, cómo saber que canción es, pues tienen un tablerito electrónico de los mismos de los turnos de los bancos en los que indican qué himno se está cantando. Otra cosa, el sacerdote quería hacer una metáfora con la llegada de la luz del mundo, así que hizo apagar todas las luces de la iglesia y luego entró la recua de monaguillos, acólitos y otros asistentes con la cruz y velas. A mi mamá le hubiera encantado. Qué tal que apagaran la luz con la iglesia llena en nuestros países en mitad de la noche…
Bueno, creo que es todo lo que tengo para contarles. No tengo más fotos que estas porque no hemos revelado las otras. Aquí, al contrario que en Bogotá, el revelado una hora es el que es caro. Eso significa que les estaremos mandando fotos a medida que estén listas.
La familia de Irena les manda a todos muchos abrazos y deseos de una feliz navidad y un año nuevo muy feliz.
Abrazos para todos y ya les contaré cómo fue el Año nuevo. No había escrito antes porque tenía una traducción atravesada que estaba atrasada por el matrimonio, la luna de miel y la navidad.